Historias que no llevan a ningún lado: Ni vivo ni muerto

Ni vivo ni muerto


La historia es de lo más sencilla. La cuenta un amigo, cada tanto.

Se trata de un tipo en un pueblo, digamos ni muy grande ni muy chico. 
El tipo está en algún lugar con su amante. Entonces, en el medio del acto, llega, inesperadamente, por supuesto, su mujer.
El tipo se levanta del lecho a la velocidad de la luz, y antes de que la mujer pueda hacer nada, empieza a argumentar encendidamente, más bien a favor de la mujer. Que tenés razón, que ya sé, que estuve mal, que esto, que aquello; y todo esto mientras se ponelos pantalones y abrocha la camisa. Le pide mil disculpas unas cien veces, mientras se ajusta los zapatos. La mujer no terminar de poder reaccionar. La amante, tampoco.
Entonces el tipo, en la misma sintonía, ahora ya vestido, sale de la habitación disculpándose, deja la casa, y se va. Y nunca nadie vuelve a verlo hasta este día.

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