Historias que no llevan a ningún lado: Ceda el paso

Ceda el paso


La historia es bastante sencilla en realidad, y podría servir para llamar a la reflexión, pero no creo que muchos quieran.

En un lado de la ciudad un grupo de señores, con algún motivo, cortan la calle. Al ser un punto clave de la ciudad, el tránsito todo, o casi todo, se resiente, los efectos de la acción afectan un área bastante grande.

En algún lugar de esa área, enter el tráfico, hay una ambulancia atrapada. Está volviendo al hospital, y adentro el médico va comiendo un chanduis, porque no almorzó. Entonces la radio avisa de un servicio de urgencia. El chofer informa que está atascado, pero resulta que es la ambulancia más cercana al servicio, y tiene que tomarlo. Se enciende la sirena. En vano, porque no hay a dónde ir. El chofer pide por el parlante que abran paso, pero se da cuenta también que no hay a dónde ir.

No muy lejos de allí una señora ve a su amiga tirada en el piso del noveno piso de un edificio muy lindo con un paro cardíaco, o algo por el estilo, y le pide a Dios que por favor la ambulancia llegue pronto. El médico también está nervioso, quiere llegar y ver de qué se trata, hasta dejó el chanduis, pero pese a todo no pueden avanzar más que muy lentamente.

La ambulancia no va a llegar a tiempo, la señora se va a morir, y su amiga va a llorar desconsoladamente, y el chofer y el médico van a putear, y van a pensar qué vida perra, o que tal vez no es la vida, sino que no se puede cortar la calle así, o tal vez el médico será muy creyente y pensará que era su destino irse con Dios ese día, y el corte terminará después de algunas horas, y apenas unos minutos después de que ese corte se haya levantado, va a sonar el celular de uno de esos señores que con algún motivo cortaban una calle para avisar que su madre tuvo un paro cardíaco y murió, y el muchacho va a preguntar cómo es que no llamaron a una ambulancia.

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